dimarts, 1 de novembre del 2011

El saxofonista

Después de semanas de lluvias y de días grises, hoy el sol brillaba en el cielo, provocando una sonrisa en el rostro de la gente. La primavera estaba al caer, y la olíamos por todas partes. En un pequeño y humilde piso, en la calle cuyo nombre nadie conoce, se despertaba un chico molesto por los rayos del sol que se colaban por su estropeada persiana. Su viejo despertador le había vuelto a fallar, y mientras se vestía y se preparaba un café a la vez, se insultaba a sí mismo por no recordar comprar otro despertador. Algunos considerarían el estado de su piso más propio de los puercos que de una persona. Pero para él en eso consistía vivir sólo, vivir cómo te da la gana, con el tipo de organización que quieres, en su caso: ninguna organización era su organización. Cinco minutos más tarde ya estaba corriendo hacia el trabajo, salpicándose en los charcos, esquivando a la gente, apresurándose para intentar no llegar media hora tarde. El muchacho trabajaba de camarero a media jornada, para poder pagarse los estudios y el piso. Cuando terminaba de trabajar, se llevaba un bocadillo de almuerzo. Hoy estaba contento porque podía comer fuera, sentado en un banco del parque, disfrutando del sol y escuchando las poco apreciadas melodías de los músicos callejeros. Hoy el encargado de poner música en su almuerzo era un saxofonista, de piel morena y de edad avanzada, pero con una elegancia innata. A pesar de que el pan estaba pasado, el chico se comía su bocata con hambre, acompañado por una alegre pieza de jazz. Sentada en el banco de enfrente, a unos veinte o treinta metros, una chica joven con el pelo largo y castaño se había fijado en él. Se cruzaron la mirada. La chica le sonrió, y él, tímido, bajó la vista. Su corazón se aceleró, estaba sonriendo por dentro. El saxofonista se dió cuenta del juego de miradas y sonrisas, y empezó a tocar la memorable melodía de Fly me to the moon de Frank Sinatra, mientras le guiñaba el ojo al muchacho. La chica se levantó y se acercó al saxofonista para darle propina, y antes de irse, le regaló otra mirada al chico. Y el chico, medio embobado, observaba como se alejaba.
   - Pero chico, ¿qué haces? Espabila y ve detrás de ella.
El saxofonista miraba al chico fijamente. El chico miró el reloj de la plaza, casi las cuatro. Si no se apresuraba llegaría tarde a una importante conferencia de la universidad. La chica estaba a punto de cruzar la calle. El chico miró al saxofonista, y sonrió.


http://www.youtube.com/watch?v=5VXieTCqWzc

dimecres, 28 de setembre del 2011

Cabalgando asfalto

Mi pelo bailando con el aire, y mi sonrisa desafiando el sol. Mis manos, a las tres menos diez, tiemblan de emoción. Al fin, mis pulmones respiran libertad. Los árboles pasan deprisa, las montañas y las sierras avanzan a mi lado. Nunca había visto un cielo más azul, mi vida empieza hoy. En medio de ninguna parte está la carretera más larga y más recta que he visto jamás, y mi humilde coche la peina con suavidad, para no perder ni un solo detalle del paisaje, para saborear cada instante hasta el final. No sé a donde voy. Pero si sé a donde no quiero volver, y para mí, esta carretera, es de sentido único. 

Perfectamente inexistente

Estamos obsesionados en encontrar la perfección. Vivimos pendientes de gustar a los demás, y de procurar no dar un paso en falso. Intentando parecernos a aquellos que agradan a todos. Presionados por la sociedad, amenazados por la soledad. No podremos seguir soportando este peso sobre nuestros hombros demasiado tiempo. Y es que la perfección, en realidad, no existe. Es solo otro estúpido invento del ser humano, que se creó a base de pequeños defectos. La perfección no es nada más que la ausencia de taras, de errores. Es una mentira piadosa que el colectivo ha ido alimentando. Lo más perfecto que existe, es la verdad de que no hay dos personas iguales, y el regalo que nos da la vida es tener la posibilidad de conocer a la gente que nos rodea.  

diumenge, 25 de setembre del 2011

You're gone

Mumbles road, Swansea (Wales)
There goes the sun, oceans away.
I miss the words you didn't say.
I miss the kiss you never gave away.
It's hard to see the sun, oceans away.
And days die young when you're gone.
There goes the sun, oceans away,
and leaves the day for someone else.

dimarts, 7 de juny del 2011

Fin

Una neurona de mi cerebro le ha dicho a la otra:
-                - Oye, ya no hay sinapsis. Estoy exhausta.

Diciembre

                -  Me salvaste la vida. Cuando creía no tener fuerzas para seguir avanzando, cuando pensaba que la vida me había abandonado, llegaste tú. Éramos dos personas que nos sentíamos solas, en una noche de diciembre. Teníamos frío y falta de amor. Siempre recordaré la noche en la que nos conocimos. Ni que quisiera la podría olvidar. Estaba sólo y amargado en la barra de aquél bar, y tú entraste y te sentaste a mi lado. Estabas dolida, te hicieron daño. Te pedí si tenías fuego, y me regalaste un mechero, diciéndome que estaba maldito. Nos emborrachamos juntos. Estoy seguro que dábamos pena. Luego paseamos bajo las luces navideñas y nos sentamos en un banco al lado del río. Me contaste que no querías estar sola otras navidades, que la navidad es la única época del año que no se debe pasar en soledad, que es muy triste. Sentías que la vida te estaba pasando demasiado rápido, que tu tiempo se estaba consumiendo. Ahora entiendo esas palabras. Luego echaste a llorar cómo una niña pequeña y te refugiaste en mis brazos. Olí tu pelo, y sentí que una droga recorría todas las venas de mi cuerpo. Nos dormimos abrazados en ese banco. Éramos dos desconocidos, pero teníamos una cosa en común, y nuestros destinos se encontraron, cómo cuando se cruzan dos ríos que se unen hasta llegar al mar. A la mañana siguiente, comprendí que tú eras la persona que estaba esperando. Y que nosotros dos, juntos, íbamos a desembarcar en una vida nueva. Cuidaste siempre de mí y me protegiste. Pero si hubiera sabido todo esto antes, hubiera aprovechado al máximo cada segundo a tu lado. Pero sé que me querías, y eso es más que suficiente. Has hecho que vuelva a creer en el amor. Tú cambiaste mi vida, y te lo debo todo. Gracias.
Una lágrima bajó por mi mejilla, y cayó encima del papel. Levanté mi cabeza, y vi que todos me estaban mirando con lástima. Husmeé en el bolsillo de la americana, y cogí el mechero con fuerza. Aún con la mano en el bolsillo bajé del altar y me senté en el banco.
                                                                                               Mariona Rodríguez

dilluns, 6 de juny del 2011

Consecuencias

Estoy asustado, pero sé que lo merezco. La quiero muchísimo, más que nada en el mundo. La quiero más que él, sin duda. Pero por alguna razón eso no era suficiente. Yo la hubiera hecho feliz, soy un buen tipo. Lo que hice fue sin pensar, estaba furioso. Creí que me quería, pero sólo fui un juego para ella. Entonces, exploté. No pude contener mi rabia. Y ahora debo atenerme a las consecuencias. Cierro los ojos. Pienso en ella, como si pudiera dejar de hacerlo, y sonrío. Veo su rostro, inolvidable para mi cerebro, huelo su pelo, como si estuviese delante de mí. Abro los ojos, y veo que el hombre sonríe con malicia. Sé que ha llegado mi hora. Oigo un disparo, y no puedo evitar pensar sarcásticamente que la envidia mata. 
                                                                                               Mariona Rodríguez
http://www.youtube.com/watch?v=KV2ssT8lzj8&ob=av2e

Decepción


Simplemente soy incapaz de entenderlo. Pero qué diablos les pasaba por la cabeza. Cómo podían acostarse por las noches, al lado de sus esposas, que alguna vez demostraron haber tenido sentimientos por ellas, y lo que es más frustrante, cómo diablos conseguían dormir, e incluso soñar algo bonito. De dónde sacaban las fuerzas para levantarse de su cómoda cama e ir a almorzar, junto con sus queridos hijos, a los cuáles protegerían hasta morir. Cómo alguien puede vivir así consigo mismo. Cómo es posible que creyeran todas esas mentiras. Cómo pudieron obedecer a un absoluto enfermo. Cómo puedes seguir con tu vida, cuando cada día eres el responsable de cientos de muertes, cuando ves a esos cuerpos esqueléticos y desnudos, haciéndoles pensar que son inferiores a ti y que a lo mejor sí son animales. No sentir nada cuando algunos saltan del precipicio después de haber subido los tres cientos malditos escalones con una piedra de cuarenta quilos como mínimo, o quedarte ahí parado cuando ellos creían que sólo iban a darse una ducha de agua fría. Y entonces te das cuenta que la estupidez humana ha llegado a un grado culminante y colosal. Piensas si seremos capaces de aprender de este gravísimo error, pero comprendes que la muerte de tantas personas no ha sido suficiente para asimilar que todos somos iguales y que todas las vidas tienen el mismo valor. Soy consciente de mi ingenuidad, la realidad me fustiga cada mañana al despertar.
                                                                                              Mariona Rodríguez
http://www.youtube.com/watch?v=ZpA0l2WB86E

diumenge, 5 de juny del 2011

Para mi abuelo

 Mi abuelo me enseñó a amar la vida. Cuando me veía llorar me gritaba. Llorar es demasiado fácil, me decía, sonríe y no dejes que nadie te arrebate esas lágrimas, nadie las merece. Ríete a carcajadas siempre que puedas, que es una forma de prolongar tu existencia. No seas estúpido, y no pierdas el tiempo enfadándote con tus seres queridos. Aprende, cuanto más cosas mejor, así tendrás más experiencia para compartir. Recuerda siempre aquellos buenos momentos, que son el motivo por el cual la vida vale la pena. Cuando alguien de tu alrededor muera, no lo sientas. Si lo sientes, es que no le has dicho te quiero las veces que deberías haberlo hecho. No huyas de tus miedos, afróntalos. No dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, si tienes un sueño, protégelo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Es tu vida, y es tu responsabilidad vivir cada día como si fuese el último. Si lo haces, cuando mueras vas a ser feliz. Habrás tenido una vida plena.
 Mi abuelo me decía siempre que la vida es un largo viaje de búsqueda, un viaje de búsqueda de la felicidad. Siempre me decía que el no amó la vida, que desaprovechó su oportunidad, y que se sentía imbécil por ello. Que la vida es un tesoro, y vivir intensamente es su llave.
                                                                                             Mariona Rodríguez
http://www.youtube.com/watch?v=5FEgkMe50rQ

diumenge, 24 d’abril del 2011

Ausencia


Habré de levantar la vasta vida 
que aún ahora es tu espejo: 
cada mañana habré de reconstruirla. 
Desde que te alejaste, 
cuántos lugares se han tornado vanos 
y sin sentido, iguales 
a luces en el día. 
Tardes que fueron nicho de tu imagen, 
músicas en que siempre me aguardabas, 
palabras de aquel tiempo, 
yo tendré que quebrarlas con mis manos. 
¿En qué hondonada esconderé mi alma 
para que no vea tu ausencia 
que como un sol terrible, sin ocaso, 
brilla definitiva y despiadada? 
Tu ausencia me rodea 
como la cuerda a la garganta, 
el mar al que se hunde.
                                                             J. L. Borges


http://www.youtube.com/watch?v=CqdcDGmtJqI

dimarts, 19 d’abril del 2011

IN MEMORIAM


 Parecía ficción. Algunos llegaron a pensar que era el fin del mundo. Me sentía tan impotente por lo que estaban sufriendo. Y yo aquí, sin poder hacer nada. Me da rabia, ellos lo han perdido todo. Me preocupa una mierda el examen, cuando ellos están entre la vida y la muerte. No quiero estar bien, si ellos lo están pasando tan mal. No lo merecen. Quiero ayudarles, pero lo que yo pueda hacer, no servirá de mucho. La naturaleza es sabia. La naturaleza sabe que lo estamos haciendo mal. Y lo que ha ocurrido en Japón no es casualidad. Ha sido sólo un aviso, un aviso a la humanidad.
 El día 11 de marzo de 2011 no va a olvidarse en mucho tiempo. Ese día a las 6:46 (hora española) Japón sufría un terremoto de magnitud 8.9 en la escala de Richter. Parecía que ese terremoto no habia provocado grandes daños. Los edificios aguantaron muy bien la sacudida. Pero desgraciadamente, eso era sólo el principio. El movimiento sísmico de las placas provocó un gigantesco tsunami que barrió las costas del noroeste de Japón. Cuando miraba las imágenes, las casas y los edificios parecían de juguete. El agua se los comió como si nada. Pero lo peor aún estaba por llegar. La central nuclear de Fukushima (1971) no pudo soportar el terremoto. El tsunami impidió la refrigeración del reactor 1. La presión dentro de la central empezó a subir. La central comenzó a liberar gases radiactivos. Pocos días después se produce la explosión del reactor 3. Este accidente nuclear nos llevó a los países desarrollados a cuestionarnos su peligro y si de verdad estábamos dispuestos a correr ese riesgo. Mientras tanto, en algunas zonas de Japón la radiación es cuatrocientas veces superior a la normal. Japón lucha a contra reloj para evitar otro Chernóbil. Cincuenta personas sacrifican sus vidas por intentar combatir contra los reactores. Luchan armados con agua de mar, respirando cada día un número tan elevado de radiación que su cuerpo no puede asimilar. Y son completamente conscientes que dentro de poco tiempo van a morir. Cincuenta personas sacrifican sus vidas para salvar a su gente, a su país. Cincuenta personas con un corazón demasiado grande para su pecho. Cincuenta personas que serán recordadas como héroes.
La catástrofe de Japón ha terminado con la vida de 8.450 personas, y hay 13.000 personas desaparecidas. En muchas zonas del país no hay electricidad, ni agua, ni comida. Las personas que han perdido su hogar a causa del tsunami están refugiadas en pabellones y oficinas. Sin embargo, el caos de Japón no se huele en las calles. En los supermercados la gente hace cola, espera su turno, paciente, para poder comer. Nadie roba, ni destroza nada. Se ayudan los unos a los otros. La cultura japonesa es un ejemplo de civismo, digna de admirar. Si esta horrible catástrofe pasara aquí, los daños se hubieran triplicado y el caos hubiese sido absoluto. Me odio por decir esto, pero suerte que se ha sido en Japón. Japón es el país más avanzado. Su crecimiento ha sido impresionante, muy rápido y en muy poco tiempo. Los edificios construidos están diseñados para soportar grandes terremotos. Tienen un ejército, unos equipos de rescate, una policía, unos bomberos de muy buena calidad.
Esto ya ha pasado antes. Japón ya ha estado en estado crítico una vez: cuando finalizó la segunda guerra mundial. Japón estaba destrozado, aniquilado. Apuesto por Japón y sé que saldrá adelante, porque ya lo hizo una vez. No existe país igual. Hay talento, trabajo, esfuerzo, respeto, valentía, capacidad y ganas de crear. Cuando Japón se recupere, preparémonos, porque quien se tropieza con la misma piedra dos veces, no lo hace tres. Japón ya sabe donde está la piedra. Por eso va dos pasos por delante.

diumenge, 6 de març del 2011

Distancias

Cuando eres feliz no lo sabes. Te das cuenta de ello cuando ya no lo eres. Y entonces sientes que te dan ganas de llorar y no entiendes el porque. Lloras y lloras. Te gustaría viajar atrás en el tiempo, retroceder y volver a vivir esos días en los que sonreías sin darte cuenta. Añoras esos días. Te sientes vacío y desorientado.

Esa semana blanca ha sido impresionante. Empezó el domingo con un largo viaje en coche. Íbamos con los padres de mi amiga. Después de escuchar unas setenta canciones y de parar a comer, llegamos al fin al apartamento. Era muy acogedor. El pueblo en el que estábamos era más bien turístico, pero el paisaje era precioso, te dejaba sin palabras. Hacía mucho frío pero no nos importaba. Nos instalamos y cenamos. Mi madre llamó para saber como había ido el viaje. Hablé con ella y le conté que todo era perfecto. A la mañana siguiente me desperté con mucha energía, nos íbamos a esquiar. Estaba muy contenta. Me encanta esquiar. Si viviese en las montañas seguro que haría esquí como deporte. Pero no vivo en la montaña. De camino a las pistas no podía apartar mi vista de el paisaje. Me quedaba embobada. Era increíble. Cuando llegamos a pista estaba impaciente para esquiar. Hacía muchísimo frío. A las doce teníamos cursillo con un monitor durante tres horas. El primer día nos hicieron bajar por una pista para ver que nivel teníamos. Nos pusieron con un monitor viejo y no muy simpático. No me gustaba nada. En el grupo todo eran niños pequeños y nosotras sabíamos esquiar mucho mejor que ellos. Ese día fue muy aburrido. Al terminar el cursillo comimos un bocadillo. Explicamos a los padres de mi amiga como nos había ido el cursillo, y ellos fueron a charlar con los de la escuela de esquí. Esquiamos hasta las cuatro, más o menos. Cuando llegamos al apartamento nos duchamos. Estábamos agotados. Nosotras hicimos algunos deberes. Cenamos y miramos una película. Luego nos fuimos todos a la cama.

La luz del nuevo día se colaba por la grieta de una pequeña ventana de nuestra habitación. Nos vestimos con la ropa de esquiar y bajamos a desayunar. El desayuno parecía de hotel. Según los padres de mi amiga debíamos comer bien para tener energía. Ese día salimos tarde, queríamos ser como máximo a las diez a pistas y no lo conseguimos. Cuando llegamos a la estación eran casi las once. Solo tuvimos tiempo de hacer dos bajadas que ya teníamos que ir con el monitor. Cuando llegamos delante de la escuela, a las doce en punto, nos encontramos con nuestro monitor que charlaba con otro de más joven y más guapo. Nos cambiaban de grupo. Iríamos con un grupo de adultos. El monitor era el mejor. Le caímos bien. Le hacíamos reír y aportábamos alegría y juventud a su grupo. Los compañeros del grupo eran muy simpáticos, mucho más que sus hijos. Ese día nos lo pasamos muy bien. No paramos de esquiar y bajamos por todas las rojas de la estación. El monitor nos llevó fuera pistas y nos lo pasamos de muerte. De camino a casa nos reíamos de nuestras caídas. El martes empezó la felicidad absoluta.

El miércoles esperaba con impaciencia que fueran las doce. Había gente nueva en el grupo. Un chico. El monitor nos dijo que nos lo había conseguido para nosotras y qué así podríamos ligar. Él estaba muy contento de tenernos en su grupo, se le notaba. Siempre que podía se reía de nosotras. Nos dejó solas con el chico en el telesilla. Pobre chico. Le hicimos muchas preguntas. Era un poco tímido, pero parecía majo. Tenía el mismo nivel que nosotras. Quería conocer bien al chico, porque me había propuesto hacer amigos. Resultó que el chico era de la misma provincia que nosotras. A las ocho o a las nueve llegaron mis padres al apartamento, se habían cogido unas pequeñas vacaciones.

Cuando desperté el jueves no se colaba luz por la ventana. Las nubes no me dejaban ver el sol y la ventana estaba cubierta de nieve. Hacía muchísimo frío, estábamos a cinco grados negativos. Los remontes de más arriba estaban cerrados. Nevaba. No sabía que la nieve tiene forma de flor. Quiero decir que pensaba que no tenía forma y resulta que si la tiene, y es simétrica y perfecta. Pero cada copo de nieve es distinto. Ese día aluciné. Se me congelaban los dedos de las manos y de los pies. No los notaba, y cuando los intentaba mover me hacía mucho daño. A las doce fuimos a delante de la escuela. Parecía que no iba a venir nadie más. Luego apareció el chico. Me alegré que al fin viniera. Ese día sólo eramos nosotros, los jóvenes, los más fuertes. Creo que debíamos esquiar a unos siete grados negativos y con el viento y la nieve, la sensación parecía de quince bajo cero. No veíamos el relieve cuando esquiábamos, era como esquiar con los ojos vendados.Al cabo de una hora más o menos, el monitor nos dijo que nos fuéramos a calentar en la cafetería. Nos estábamos congelando, pero yo no quería parar, quería esquiar. En la cafetería comimos un poco y nos vimos las caras. El chico se quito las gafas de esquiar y el gorro. Le miré, quería saber como era. Tenía unos ojos verdes preciosos, era moreno y alto. Era perfecto. Mi amiga y yo nos cruzamos la mirada. Era guapísimo. Al final me gustó haber parado en la cafetería. Le di un trozo de mi chocolatina. Me sonrió y yo a él. Luego nos pusimos los esquís otra vez. Bajamos una roja y nos paramos otra vez. El monitor nos dijo que le esperáramos. Empecé una batalla de bolas de nieve. Parecía que el chico se destensaba. Hicimos ángeles en la nieve e intentamos hacer un muñeco. Fue muy divertido. Charlé mucho con el chico. No quería que fueran las tres nunca. Pero inevitablemente y sin que nosotros podamos hacer nada el tiempo pasa, y las tres llegaron. Tuvimos que despedirnos, pero aún nos quedaba el viernes. El último día. Después de comer esquiamos hasta las cinco, ya bajábamos por todas las pistas. Eramos prácticamente los únicos que estábamos esquiando a diez grados negativos. Cuando nos íbamos hacia el aparcamiento nos encontramos al chico, le saludé. Me sonrió. Era muy feliz, pero yo no me daba cuenta.

El viernes pasó más deprisa de lo qué había deseado. Quería estar con el chico, charlar con él. Conocerle. También quería estar con mis amigas y con el monitor. Llegaron las doce y estaba eufórica. Hacía un día perfecto. Las tres horas del cursillo pasaron demasiado deprisa. Me dio mucha pena despedirme del monitor, me caía muy bien. Nos hicimos una foto con todos los del grupo. Le dije al chico que si querría venirse a esquiar con nosotras por la tarde, y me dijo que sí. La tarde fue lo mejor de todo. Esquiamos por fuera pistas y fuimos a hacer saltos. El chico nos enseñó pistas nuevas que no conocíamos. No quería que acabase nunca. Pero desgraciadamente el tiempo pasa sin que tu puedas hacer nada para evitarlo. Eramos los últimos que quedábamos en la estación. Nos despedimos del chico.

Cuando llegué a mi casa me puse a llorar. No entendía porque pero no podía parar. Me lo había pasado de maravilla y ahora ya se había terminado. Quiero volver a ver al chico, pero está a más de cincuenta quilómetros de mí. Además seguro que él ya no me recuerda. Ahora me siento extraña. Desorientada. No tengo hambre y siento cosquillas en el estómago. Creo que me he enamorado del chico, pero ya no lo voy a volver a ver. Cuando pienso en el viaje me pongo a llorar. Quiero retroceder en el tiempo, volver a vivir esta semana una y otra vez. Cuando me voy a la cama pienso en el viaje y en el chico. Y me duermo con una sonrisa en los labios. Tengo miedo de olvidar la cara del chico. Tengo miedo de olvidar estas vacaciones. Hacía mucho tiempo que no me sentía así de bien, y de golpe, así de mal. Quizás hubiera sido mejor no vivir estas vacaciones que parecen demasiado perfectas y así ahora no me sentiría tan perdida. No quiero volver a la rutina de siempre. No puedo dejar de pensar en el chico. Quiero volver a verlo y conocerlo. Quiero dejar de llorar o como mínimo saber porque lloro. Tengo miedo de no volver a ser así de feliz nunca más. Sin embargo, y a pesar de todo, no me arrepiento de nada.  

dilluns, 21 de febrer del 2011

El viaje en tren


Tengo miedo. No quiero pasar por esto. Sólo quiero que sea rápido y sin dolor. A pesar de mi juventud, mi muerte puede estar lejos o cerca. Nadie lo sabe. Se que parece una estupidez, pero en cualquier momento puede pasar. Nadie tiene una garantía. Nadie. Sólo quiero saber que hay más allá de la muerte, como todos. Preguntarse eso ya es una pérdida de tiempo. La vida es como un largo viaje en tren, en el que se sube gente nueva a cada parada, y en el que se baja gente en una  estación oscura e indefinida. En el tren hay distintas vagonetas. Ahora yo viajo en la segunda, y es horrible. Pero cuando esté en la tercera o en la cuarta, echaré en falta todo esto. Ahora mismo no encuentro mi sitio en el tren. Me siento perdida. A veces me gustaría parar el tren y descansar, porque el tren siempre va hacia adelante y a toda velocidad. No tengo tiempo de ver los detalles del paisaje. Las vías del tren son de sentido único. No sé hacia donde se dirige el tren. Sólo sé que un momento u otro todos bajamos a esa tenebrosa y oscura estación, de la cual nadie ha vuelto jamás. Cuando algún pasajero se baja del tren te sientes extraño, el tren parece más vacío, más triste, más de color gris. Y es que hagas lo que hagas en el viaje en tren, da igual, si no te esfuerzas o si intentas disfrutarlo, porque todos nos bajamos en esa maldita estación. Todos. El viaje en tren es un viaje de un aprendizaje. El amor es la peor asignatura de todas, sin embargo, el odio es la más sencilla de aprender. En el viaje en tren conoces a muchos pasajeros, algunos serán los compañeros de tu viaje, otros solo serán los compañeros de tu vagón. Algunos seguramente los olvidarás por el camino. Pero no importa, porque todos terminamos nuestro viaje de la misma forma. El tren no se para nunca, debe seguir adelante. Hasta que ya no haya más camino que recorrer. 

diumenge, 20 de febrer del 2011

Ser bueno, o ser el mejor

 Tenía muchas ganas de ganar este partido. Pero esta vez lo digo en serio, quería ganarlo de verdad. Esta mañana, cuando he despertado, me sentía muy motivada, con mucha energía. Incluso el día nos acompañaba, hacía un sol que se había escondido cuando empezó el otoño, y que hoy salió, a medio invierno, dispuesto a brillar.  Nunca había visto el pabellón tan lleno de gente. Me estaba poniendo nerviosa por momentos. Hoy hemos escalfado como ningún día lo habíamos hecho. Y vi una grieta de esperanza. Es el partido más difícil e igualado de la temporada. Además, el equipo rival era amigo, quiero decir que todas nos conocemos y eso ha hecho que sea más emocionante. En las gradas cada vez había más gente, había los padres y familiares al centro, y a una banda de las gradas había nuestros compañeros y amigos, y a la otra había los suyos. Cuando el árbitro pitó el minuto, sentí algo en el estómago. Pensé que mis nervios iban a explotar. La entrenadora nos soltó el rollo de siempre. El árbitro volvió a pitar, las jugadoras tenían que salir a pista. Empezaba el partido. Intentaba centrarme en el partido, en meter el balón dentro de la canasta, en hacer buenos pases y en defensar. Al principio, tres jugadoras hacían presión a nuestra base, impidiendo que pasara el campo antes de los ocho segundos. La entrenadora pidió tiempo muerto y nos dijo que debía ir un alero a ayudar al base. Los primeros minutos íbamos empatadas. Ellas hacían una canasta, nosotras también. Hacíamos una canasta, ellas otra. Íbamos bien, hasta que comenzaron a bajar las faltas y los tiros libres. Se nos empezaban a ir de cuatro puntos, seis, ocho.

Tras el minuto, empezó el segundo cuarto. Esta vez, lo veía desde el banquillo. Ahora perdíamos de diez, ya no había confianza. Los balones no entraban, tampoco cogíamos los rebotes, y nos cortaban muchos pases. Ya no había ganas, la motivación había desaparecido, a pesar del partido que aún nos quedaba por jugar. Desde el banquillo las cosas se ven distintas, ves como estás jugando en realidad.Cada vez nos cogían mas distancia, la gente empezaba a tirar la toalla. El árbitro no ayudaba mucho, la verdad. Perdíamos de seis canastas y un tiro libre. Volví a salir en pista,  y oí que mi padre me grito: “¡Despierta!”. Pues claro que yo quería hacer canastas, pero ellas defensaban en zona, y eso complicaba mucho las cosas a la hora de entrar hacía dentro. Sólo podíamos tirar triples, y sinceramente nuestro equipo no es buen tirador de triples. Después de muchas faltas y de pitarnos muchos pasos, el segundo cuarto terminó. No estaba jugando nada bien, y estaba muy enfadada por eso.
En el tiempo de descanso la entrenadora nos soltó la charla otra vez. Parecía que en el vestidor se hubiera muerto alguien. Aún seguía queriendo ganar, pero ya no lo tenía tan claro.  Cuando regresamos a la pista, miré hacia las gradas. Habían venido muchos amigos, y nos estaban animando. Ellos creían en nosotras. Solo eran catorce puntitos de nada. Siente canastas. Cuatro triples y dos tiros libres, si quieres. El partido aún no había terminado, no estaba nada decidido.
El tercer tiempo lo empezamos con muchas ganas. Recuperamos el balón y hacemos contraataque, sin darles tiempo a colocarse. Las canastas nos vuelven a entrar, la confianza se vuelve a notar. Ellas se están poniendo cada vez más nerviosas y no saben que hacer. Nosotras, en cambio, nos salen unas jugadas perfectas. Pase y talla, o pase y cambio de posición, y canasta. La distancia cada vez es menos. Conseguimos ponernos a dos puntos. Por un instante el partido parece nuestro. Su entrenador pide tiempo muerto. Nuestra entrenadora nos dice que seguimos así, con esa intensidad, que va muy bien. Después de ese tiempo muerto, parece que ellas han reaccionado. Nos vuelven a meter canastas. Otra vez nos hemos hundido y nos vuelven a coger distancia. Al final del tercer cuarto, perdemos de cinco canastas y un tiro libre. Once puntos, que parece que están más lejos que nunca. El último cuarto fue más de lo mismo. Tiramos la toalla. Nadie luchó hasta el final. No conseguimos recortar la distancia. Ellas son muy buenas, por eso van segundas. Al final del partido perdimos de catorce o quince puntos. No lo sé. Sólo sé que hubo un momento en el que la distancia era tan sólo de dos puntos. Una canasta. Dos tiros libres. Dos puntitos de mierda. No nos lo creímos lo suficiente, no le echamos huevos. Ellas sí. Pero no os equivoquéis, ellas no son más buenas que nosotras. Ellas son mejores, porqué lo dan todo, todo el tiempo. 

diumenge, 16 de gener del 2011

El enigma



El gran mago planteó esta cuestión: 
 - ¿Cuál es, de todas las cosas del mundo, la más larga y la más corta, la más rápida y la más lenta, la más divisible y la más extensa, la más abandonada y la más añorada, sin la cual nada se puede hacer, devora todo lo que es pequeño y vivifica todo lo que es grande?

 Le tocaba hablar a Itobad. Contestó que un hombre como él no entendía nada de enigmas y que era suficiente con haber vencido a golpe de lanza. Unos dijeron que la solución del enigma era la fortuna, otros la tierra, otros la luz. Zadig consideró que era el tiempo.

 - Nada es más largo, agregó, ya que es la medida de la eternidad; nada es más breve, ya que nunca alcanza para dar fin a nuestros proyectos; nada es más lento para el que espera; nada es más rápido para el que goza. Se extiende hasta lo infinito, y hasta lo infinito se subdivide; todos los hombres le descuidan y lamentan su pérdida; nada se hace sin él; hace olvidar todo lo que es indigno de la posteridad, e inmortaliza las grandes cosas.

Frases sabias

Antonio Machado (1879-1939) Poeta y prosista español:

"El cine... ese invento del demonio"

Comentario: Como ahora estamos hablando mucho de cine en clase, he pensado en poner una frase interesante que hable de ello. Pienso que Machado tiene mucha razón al decir eso, opino que el cine que sale de los libros es el peor, porque la gente ya no lee el libro porque prefiere ir a ver la película al cine. Además muchas veces el resultado es insultante. Pero lo peor no es eso, lo peor es que tiene siempre más éxito las películas que los libros. Por la pereza de leer un libro. Leer nos hace ser más cultos. Eso explica la sociedad en la que vivimos, y si quieres lo puedes comprobar tu mismo, tan sólo tienes que abrir la televisión. Sin embargo a mi me gusta el cine, una buena película no hace daño a nadie. Siempre puedes aprender algo nuevo. 

Frases sabias

Martin Heidegger (1889-1976), filósofo alemán:

"Sólo hay mundo donde hay lenguaje"

Comentario: Cada ser vivo en un espacio, en situaciones y en modos distintos. Pero todos vivimos en este planeta. Cada ser vivo tiene su lenguaje, mediante el cual crea conocimiento. Por ejemplo, el erizo de Bernardo Atxaga, que muere porque ha atravesado los límites de su mundo, y por lo tanto de su conocimiento. El erizo en su lenguaje sólo tiene 27 palabras, que son las que forman el conocimiento de su mundo. El erizo muere porque desconoce, muere porque aquella no era su realidad.  

Los sustitutos

Esta vez, todo había terminado. Los hombres no realizaban ningún trabajo, las máquinas los sustituían por completo. Vivían retirados en sus refugios antiradiactivos y lentamente iban paralizándose, sin fuerzas siquiera para procrear. Pero esto no les importaba, puesto que los robots les proveían de todo lo que podían necesitar.
Así, los últimos hombres termiaron muy pronto por atrofiarse completamente. Entonces los autómatas los eliminaron tranquilamente. Después de tantos siglos desde que el hombre los creara, esperaban con ansia ese momento.
Después, pensaron que al fin podrían descansar. Pero muy pronto se dieron cuenta de que para ello necesitaban servidores.
Así inventaron a los hombres…

dissabte, 15 de gener del 2011

La vida es bella

La vida es bella
Estaba harto de la vida. Nada me sale bien. La estoy cagando siempre. He intentado ser fuerte, pensar en las cosas buenas de la vida. Pero no hay ninguna, para mí. Creo que si no tienes ni tan solo una razón para vivir, es como si estuvieras muerto. Así que ya lo he decidido. Le he dejado una carta a Paula, aunque seguro que ni la abre después de todo lo ocurrido. En cuanto a lo de Ana, no quería hacerlo. Se me fue de las manos. Lo siento. Lo siento de verdad. Adiós, mi vida.

- ¡Andrés! ¿Qué haces? !Baja de ahí!

Ni caso, Andrés. Tu a lo tuyo. Has tomado una decisión. Pero, ¿cómo ha podido entrar? Creo que cerré con llave...

-¡Andrés! Por favor, baja de ahí. Te lo suplico. Siento mucho lo que pasó. Te quiero. Te quiero sólo a ti. 

Mentirosa. No tiene ni idea de lo que he sufrido. Y no basta con pedir perdón.

- ¡No me toques!- grito- ¡Eres una zorra!
-¡Por Dios, Andrés!- grita ella ahora llorando-¡Lo siento de veras! ¡Perdóname!
- Ahora ya no tengo ni una razón para vivir. Te odio por lo que me has hecho, sin embargo y no sé por que, te sigo queriendo.
- Yo también te quiero. La cagué y lo siento. Dame otra oportunidad. Tienes que saber perdonar, Andrés.
- ¿Por qué debería hacerlo? Todo esto es una mierda.
- Por que la vida es bella. Podemos empezar de cero y olvidar lo que ambos hemos hecho. Por que te sigo queriendo como el primer día. 

Se acabó. Me rindo. Ha ganado el corazón, como siempre. Me bajo de la ventana. Y ella me abraza y me besa. Puede que tenga razón. A lo mejor es cierto lo que dicen todos. La vida es bella. Vívela cómo si cada día fuese el último.

dimarts, 11 de gener del 2011

Frases sabias

De la película La lengua de las mariposas:

"La libertad estimula el espíritu de los hombres fuertes"

Comentario: Esta frase salió en la película, la encontré interesante y por eso la anoté. Pienso que quiere decir que si tu eres libre para tomar decisiones, y que tu eres responsable de tus actos y sus consecuencias, te vuelves más fuerte. Porque si no puedes escoger y haces siempre lo que dice alguien o lo que dice tu religión, tu espíritu es muy débil y frágil. Y nunca podrás decidir nada sobre tu vida, por eso es tan importante la libertad. 

dimecres, 5 de gener del 2011

Para qué quieres vivir?

El filósofo paseaba por los campos cuando encontró en el río a un pescador muy atareado.
- ¿Qué haces, buen hombre? -le preguntó
- Echo las redes.
- ¿Para qué?
- Para pescar.
- ¿Para qué quieres pescar?
- Para vender el pescado.
- ¿Para qué quieres venderlo?
- Para obtener algunas monedas.
- ¿Y para qué quieres el dinero?
- Para comer.
- ¿Pero, para qué quieres comer?
- ¡Para vivir señor, para vivir!
- ¿Pero para qué quieres vivir…?
El pescador se quedó perplejo, y enmudeció.
- ¿Para qué quieres vivir?- Insistió el filósofo
El pescador caviló unos momentos y al fin respondió:
-Para pescar.

Frases sabias

 Pedro Pablo Rubens (1621):

"Mi naturaleza se adapta mejor a las grandes obras que a las pequeñas curiosidades. Que cada cual se ajuste a su talento; en mi caso, no hay proyecto, por grande o variado que sea, que supere mi coraje"

Comentario: Esta frase se encuentra, entre otras, en el museo del prado, junto a la exposición de el pintor europeo Rubens. Me pareció interesante y la apunté. Pienso que está en lo cierto. Cada uno tiene una naturaleza, es decir, un mundo o un modo de ver las cosas distinto, por eso no todos nos adaptamos igual a cualquier cosa. Pero eso es bueno, muy bueno, porque por eso estamos donde estamos y hemos descubierto todo lo que sabemos. 

dissabte, 1 de gener del 2011

Ser cultos para ser libres

Ser cultos para ser libres


Paseando por Madrid me di cuenta de que había muchas frases sabias escondidas por la ciudad. "Ser cultos para ser libres" es una de las que encontré más interesantes. Pienso que es muy cierta porque si somos cultos somos capaces de crear una opinión y si tenemos una opinión podemos defendernos de otra gente. Tener una opinión propia es muy importante porque forma parte de nuestra personalidad. Si somos cultos es mucho más difícil que nos engañen y por lo tanto opinaremos lo que de verdad queremos opinar.